Ni siquiera hay rastro de ningún riachuelo que corrobore el relato más conocido sobre el origen de esta famosa expresión. Según la versión popular, un borracho de Pinto que se encontraba por estos parajes empezó a bailotear y a saltar a uno y otro lado del regato gritando «ahora estoy en Pinto» , «ahora en Valdemoro» hasta que al final tropezó y cayó al río diciendo: «Ahora estoy entre Pinto y Valdemoro».
«No pondría yo la mano en el fuego para testificar la existencia del tumbacuartillos del cuento», subrayaba Jaime Campmany en 1993 en su artículo sobre el « El Quid de unos dichos », donde apuntaba otra de las versiones que relacionan esta expresión con el refrán «Vino tinto, si no lo hay de Valdemoro, démelo Pinto».
Siglos atrás debieron ser los caldos de estas dos localidades habituales en las tabernas madrileñas, explica Gregorio Doval en «Del hecho al dicho» antes de añadir que «hay quien afirma que lo que hubo entre estas dos localidades fue un asilo de dementes, y que la expresión equivalía, originalmente, a "estar loco"»
«Queriendo departir contienda, é baraja grande que era entre ellos, departíles los términos por estos lugares que esta carta dice, y puse y fice estos mojones: el primer mojón fue este cerca de la atalaya asomantes de geles, el segundo mojon a la renconadilla que está á Palomero...»,
escribe el monarca fijando uno a uno los 42 hitos entre ambas localidades para limitar Madrid y Segovia.
El mismo Fernando III supervisó personalmente la colocación de los mojones que marcaban el deslinde entre ambas provincias, alojándose entre los dos pueblos, en la Casa de Postas situada en aquel lugar y aprovechando, de paso, la degustación de los quesos y vinos que por aquel entonces eran famosos y su deseo de no desairar a ninguno de los dos, que competían por ser sus anfitriones ofreciéndole los mejores caldos y viandas. Por esa razón, cuando alguien preguntaba en la Corte de Madrid dónde estaba el rey, los cortesanos contestaban «Fernando III optó por comer con los representantes de las dos villas "entre Pinto y Valdemoro"», lo que con probabilidad dio origen a la famosa frase
Para Margarita Candón y Elena Bonnet, autoras de «A buen entendedor...», el origen del dicho se remontaría a la convivencia entre musulmanes y cristianos en época de la Reconquista. Señalan éstas que Pinto fue conquistada por los cristianos antes que Valdemoro y que en esta época surgiría la expresión, aunque el arroyuelo al que se refieren como frontera no aparece en los mapas y Pinto fue conquistada en el mismo año 1083 en el que datan la toma de Valdemoro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario