El escultor Carlos Ferreira de la Torre, nace en Valdemoro el 10 de diciembre de 1914.
Vivió en Valdemoro durante los primeros años de su vida. Su padre, coronel de la Guardia Civil, estaba destinado en el Colegio de Guardias Jóvenes. Desde los ocho hasta los diez años los pasó en Tarragona en una casa frente al Campo de Marte, limitado por las murallas romanas, lo que despertó su interés por la escultura. A los diez años, la familia se traslada a Madrid y tres años más tarde, a una casa alquilada en Getafe, en contacto con el campo. Allí afirmó su vocación de escultor. Con el barro que un conocido de su familia le proporcionó por aquel entonces realizó sus primeras esculturas. Tuvo siempre presente en el recuerdo la experiencia de su primer intento de transformar, valiéndose de un clavo, un trozo de piedra arenisca en una figura humana.
Tras participar en 1943 y 1944 en las ediciones XVII y XVIII del Salón de Otoño, fue nombrado socio de mérito. En 1945 formó parte de la Joven Escuela Madrileña.
En 1946 vendió su primera obra.
En 1947 se casó y expuso junto a Palazuelo y Guerrero en la galería Bucholz. En 1948, junto con Pablo Palazuelo y Eduardo Chillida, fue pensionado en París por el Gobierno francés. A su regreso a Madrid se colocó como dibujante en el Sindicato de la Pesca.
Acudió dos veces a la Bienal de Venecia: en 1950 expuso la Diosa y en 1951, el Ángel. También acudió a la IX Trienal de Milán en 1952, a Viena (1966), a Salzburgo (1956), a la II Exposición Internacional de Escultura Contemporánea de París (Museo Rodin, 1961), a la II Bienal de São Paulo... En 1951 regresó a París, pensionado por la Dirección General de Relaciones Culturales, y participó ese mismo año en la exposición que, bajo el título “Ferrant, Ferreira, Oteiza y Serra”, organizó la galería Bucholz de Madrid, y que también se expuso en Bilbao y Barcelona.
Su escultura está presente en todas las manifestaciones plásticas de la época.
En 1954 instaló su taller y residencia en La Florida (Madrid), en contacto con la naturaleza. Conoció al arquitecto Martín Marcide, lo que le deparó poder crear grandes esculturas para ser colocadas al aire libre. En 1955, conjuntamente con el arquitecto Manzano Monis, ganó el concurso para el monumento a Calvo Sotelo en la plaza de Castilla.
En 1946 vendió su primera obra.
En 1947 se casó y expuso junto a Palazuelo y Guerrero en la galería Bucholz. En 1948, junto con Pablo Palazuelo y Eduardo Chillida, fue pensionado en París por el Gobierno francés. A su regreso a Madrid se colocó como dibujante en el Sindicato de la Pesca.
Acudió dos veces a la Bienal de Venecia: en 1950 expuso la Diosa y en 1951, el Ángel. También acudió a la IX Trienal de Milán en 1952, a Viena (1966), a Salzburgo (1956), a la II Exposición Internacional de Escultura Contemporánea de París (Museo Rodin, 1961), a la II Bienal de São Paulo... En 1951 regresó a París, pensionado por la Dirección General de Relaciones Culturales, y participó ese mismo año en la exposición que, bajo el título “Ferrant, Ferreira, Oteiza y Serra”, organizó la galería Bucholz de Madrid, y que también se expuso en Bilbao y Barcelona.
Su escultura está presente en todas las manifestaciones plásticas de la época.
En 1954 instaló su taller y residencia en La Florida (Madrid), en contacto con la naturaleza. Conoció al arquitecto Martín Marcide, lo que le deparó poder crear grandes esculturas para ser colocadas al aire libre. En 1955, conjuntamente con el arquitecto Manzano Monis, ganó el concurso para el monumento a Calvo Sotelo en la plaza de Castilla.
Monumento a José Calvo Sotelo
Fuente estanque Plaza de Castilla (Madrid)
El hombre que bebe en la fuente de la ciencia
sobre el muro curvo del edificio de Miguel Fisac
Calles Velázquez y Joaquín Costa (Madrid)
En 1975 expuso en la galería Biosca de Madrid y, organizada por el Cabildo insular de Gran Canaria, expuso en la Casa de Colón. Por encargo del arquitecto J. M. Márquez Zárate realizó, durante 1982, el monumento ubicado en el Instituto Oceanográfico de Canarias en Santa Cruz de Tenerife, A los hombres que dieron su vida por la mar.
En su última etapa trabajó en su estudio del Puerto de la Cruz en una serie de esculturas, Las gimnastas, y en un monumento, Los descubridores, pensado para el V Centenario del Descubrimiento de América.
Carlos falleció en Puerto de la Cruz (Santa Cruz de Tenerife), el 13 de julio de 1990, rodeado de su familia.
Fuente principal: dbe.rah.es - Real Academia de la Historia
Carlos falleció en Puerto de la Cruz (Santa Cruz de Tenerife), el 13 de julio de 1990, rodeado de su familia.
Fuente principal: dbe.rah.es - Real Academia de la Historia
Música: Piano - Lee Ru-ma (Yimura)
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