Un tonel en el yacimiento El Colegio

 

Este tonel pertenece al yacimiento de el Colegio en Valdemoro. De tradición ibérica es uno de los pocos conservados en la Comunidad de Madrid ya que su origen se encuentra en Valencia.

Fotografías del tonel del tonel de El Colegio

El yacimiento de “El Colegio” en Valdemoro, se sitúa dentro del casco urbano de la localidad, sobre un pequeño promontorio que controlaba el arroyo de la Villa y junto al colegio municipal que le da nombre. 

Fue excavado en toda su extensión en el año 2004, en el contexto del PERI 4 “Fuente de la Teja”. La excavación de “El Colegio” ha proporcionado una estratigrafía compleja donde en un espacio relativamente reducido se concentra un considerable número de estructuras pertenecientes a cinco ocupaciones diferentes: Calcolítico, Bronce Primera y Segunda Edad del Hierro, y época romana.

De la 2ª Edad de Hierro se han localizado dos estructuras de habitación, de planta rectangular, con zócalo de piedra y alzados de adobe, compartimentadas interiormente en varias estancias, con bancos corridos, hornos, vasijas de almacenamiento, etc.
En sus inmediaciones, de este mismo período, y relacionadas con ellas se excavaron varias estructuras de almacenamiento subterráneas. Se trata de una serie de tres silos alineados, los dos de los extremos de la edad de Bronce final y el central, que corta a los otros dos, de la Segunda Edad de Hierro. Este último, de planta circular, con un diámetro de 1’26 m, paredes rectas y base plana, con una profundidad de 1’60 m está colmatado por tres depósitos diferentes: el superior, contiene abundantes incrustaciones de piedras calcáreas. Bajo éste, otro de arenas con abundantes incrustaciones de margas y piedras calizas de tamaño medio (20-30 cm) y grandes (+30 cm), debajo de las cuales se han depositado grandes cantidades de fragmentos cerámicos y restos de fauna, y por último, sobre la base de la estructura, un estrato que contiene numerosos fragmentos de cerámica a torno y torneta, de cocción oxidante y reductora; pertenecientes al menos a 11 recipientes, la mayoría grandes contenedores, 3 de ellos lañados, entre los que destacan un tonel, una cazuela y un timaterio.

Dibujo del tonel de El Colegio.

Se ha especulado respecto a la funcionalidad de esta estructura, bien como lugar de reciclaje de grandes contenedores cerámicos, al aparecer piezas casi completas o lañadas, o bien como un lugar ritual donde se depositan restos cerámicos y elementos de fauna junto con un quemador ritual.

El tonel, casi completo, corresponde al tipo I de Fletcher. Se trata de una pieza de cuerpo cilíndrico, con una longitud de 62,3 cm, una altura de 30’44 cm. En la parte superior del cuerpo presenta una abertura, en forma de gollete circular, con un diámetro de 12 cm y 2’5 de altura, con borde redondeado ligeramente exvasado, y en la parte inferior un orificio de desagüe de 2’5 cm de diámetro. Se conserva prácticamente completo uno de los casquetes, con pie marcado, de 12 cm de diámetro y umbo ligeramente marcado, la base del otro casquete no se ha conservado, pero se puede apreciar que tendría también un fondo con pie marcado, similar al anterior.
El cuerpo presenta dos acanaladuras, en ambos extremos, como engarce de las cuerdas de las que se colgaría el tonel, con la particularidad, que, en una de ellas, presenta 14 orificios de unos 4 mm de
diámetro, post coctvram, a ambos lados de una de las acanaladuras, en la zona de unión entre el casquete y cuerpo del tonel, se trata de huellas de lañado realizadas para una reparación anterior al momento de su fragmentación. Estas lañas no conservan restos de metal, por lo que probablemente las juntas estarían atadas con cuerda de esparto o tendones de animales.
La pasta es de color anaranjado muy fina y cuidada, paredes de tamaño medio, degrasantes micáceos, con nervio de cocción, sin ningún tipo de elemento decorativo.


Son muy numerosas las referencias bibliográficas sobre la identificación de este tipo de recipientes en diversos yacimientos del área carpetana. En el yacimiento El Baldío, en Torrejón de Velasco, se han
localizado varios toneletes, uno de ellos en un área dedicada a la fundición de hierro; en el cerro de la Gavia se encontraron más de un centenar de fragmentos de toneles, igualmente, en Plaza de Moros se han documentado una decena de toneletes, o en el cerro del Gollio, donde tenemos noticias de la presencia de toneletes entre los materiales indígenas identificados en este yacimiento.

Sin embargo, no se ofrecen datos concretos sobre la tipología y características de estas vasijas, si bien, para el caso de las piezas procedentes de Plaza de Moros, Urbina y Urquijo señalan que carecen de asas, pero sí presentan las típicas acanaladuras laterales, producidas probablemente por el rozamiento de las cuerdas de soga de las que colgarían. 
En Titulcia se han identificado varios toneles completos, que sus excavadores atribuyen al tipo Fletcher I, e igualmente, se han estudiado dos ejemplares, procedentes del Museo de Toledo, uno, completo, del tipo Fletcher I, y el segundo, del que sólo se conserva uno de los casquetes presenta la particularidad, como el nuestro de El Colegio de tener 8 lañas. Entre los materiales publicados del Cerrón de Illescas figura otro tonel, conservado también parcialmente  y en el enclave de El Llano de la Horca, en Santorcaz (Madrid), se han localizado, al menos dos toneletes, uno zoomorfo, con decoración pintada polícroma, y otro, que conserva parte del cuerpo cilíndrico y la boca completa, de características similares al nuestro de El Colegio.


 En cuanto a su funcionalidad, la mayor parte de los investigadores parecen estar de acuerdo en que se utilizarían como contenedores de líquidos, principalmente agua o vino, sin embargo, es probable que también fuesen utilizados como contenedores de cerveza, e incluso podrían utilizarse para la fabricación de leche cortada mediante el procedimiento de vaivén, sujetos sobre cuerdas que penden del techo o de una viga

La presencia de lañas en vasijas, no son desconocidas en este período, cabe destacar por citar sólo algunos ejemplos, de varias piezas en Plaza de la Armería de Madrid, todas ellas piezas decoradas o las vasijas localizadas en El Llano de la Horca, sobre una tinaja y un plato. El hecho que se reparen tanto vasijas finas, como de cocina o almacenaje, refleja la importancia del reciclaje en recipientes de cierta entidad y/o tamaño. 

En lo referente a la cronología de estos recipientes hay un consenso general en datarlos entre los s. IV a III a. C., salvo los de El Llano de la horca que se les atribuye una cronología entre los s. III-I a. C. En el caso de El Colegio, los materiales atribuidos a la segunda Edad del Hierro, consisten sobre todo en cerámicas finas de tradición ibérica con las decoraciones típicas de este período (bandas y círculos y semicírculos con pintura roja o color vino), contenedores de tamaño mediano y vasijas de almacenaje de grandes dimensiones; las cerámicas comunes son las más escasas, consistiendo sobre todo en ollas de cocción reductora. También están presentes cerámicas a mano, casi todas de tamaño medio y factura tosca, probablemente dedicadas a contención o procesado de alimentos. Destaca asimismo la ausencia de cerámicas jaspeadas y de materiales foráneos, por lo que no hay datos suficientes para datarlo más allá de su adscripción general a la Segunda Edad del Hierro. El único dato de que disponemos para precisar o ajustar la cronología de esta fase procede de una fíbula anular hispánica de bronce de la que se conserva el puente, cuyo paralelo más cercano estaría localizado en Armuña de Tajuña, que podría datarse en torno a los siglos IV – III a. C.




Música: La Música en la Iberia Antigua 

Fuentes:

-Almudena Sanguino Tallón - Graduada en arqueología por la Universidad Complutense y estudiante de Máster en Arqueología Virtual por la Universidad de Alicante

-Pilar Oñate Baztán y Juan Sanguino Vázquez - GABARK 2013, Consultores en Patrimonio Histórico S.L.

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