Cosme III de Médici en Valdemoro (1668)




Retrato de Cosme III de Médici por Jan Frans van Douven

El príncipe Cósimo de Toscana (1642-1723), fue hijo de Fernando II de Médici Gran Duque de Tosacana y de Victoria della Rovere. Su padre, persona interesada en la ciencia y la literatura, habría deseado dar a su hijo una educación laica y científica, pero cedió a las presiones de su esposa. Cosme desarrolló de hecho un carácter extremadamente beato y muy religioso. Desde joven rechazó todos los pasatiempos y divertimentos de sus coetáneos (la caza, el teatro, la equitación y las mujeres). No obstante, no fue inmune a los intereses científicos, que caracterizaron a toda la rama gran ducal de los Médici. En particular, se interesó por las ciencias naturales, la botánica y la zoología

Cosme III de Médici, decidió al final de 1668 hacer un largo viaje para acercarse a los mayores poderes de Europa. Partió de Florencia, capital del Gran Ducado de Toscana, acompañado de un grupo de 27 personas, formado por distinguidos intelectuales y nobles, junto a: sirvientes, mayordomos, cocineros, doctor, administrador, contable, confesor, etc, si bien en el transcurso del viaje fueron aumentados hasta treinta y nueve, teniendo como origen diversos lugares: Madrid, Lisboa, Inglaterra y París.


Desde las memorias del viaje hecho por España por el príncipe Cosme, recolectadas por el marqués Filippo Corsini (Manuscrito de la Biblioteca del Príncipe T. Corsini en Florencia), he creído interesante extraer a su vez la referencia escrita sobre Valdemoro, a su paso del príncipe y su séquito por la villa. 

La fecha de partida fue el 18 de septiembre de 1668. Tras despedirse de su padre, embarca en Liborno, en una galera toscana con la que fue bordeando la costa ligur y después la francesa, hasta el golfo de León y la frontera española. Tras fondear en varios puertos, el día 29 avistaban Barcelona, meta del viaje marítimo y punto de arranque para el recorrido por el interior de la Península.


En la mañana del 25 de Noviembre, partiendo de Madrid pone rumbo a Valdemoro,

....... "Después de recibir diferentes obsequios de varios caballeros italianos, que le desearon buen viaje subió a la carroza del caballero de Castiglione y salió por la puerta de Santa Bárbara entrando por el Prado en Madrid, para salir por la puerta de Atocha. 


Aquí se despidieron el caballero Vieri y el señor secretario Amoni, poniendo Su Alteza rumbo a Valdemoro, lugar grande del duque de Cardona, situado a cuatro leguas de Madrid: la primera mitad de este camino se puede decir que es casi todo llano, es completamente raso, y a los lados se ve un terreno fértil, cultivado en su mayor parte por trigo. La otra mitad, dejando la carretera en llano, se eleva por ambos lados en suavísimas colinitas, todas ellas cubiertas de viñedos dispuestos en forma extraordinariamente regular, con las vides en hileras derechísimas a igual distancia unas de otras. Las vides están dispuestas como en el resto de España visto hasta aquí; esto es, dejándolas crecer altas como una media braza del suelo; sólo difieren en que habiendo sido podadas más veces, se han hecho tan gruesas, que aparecen troncos mochos de pequeñas encinas y no vides. A poco más de una legua de Madrid, se pasó por un lugarejo llamado Villaverde, que es del rey, y algo más allá, por otro lugar un poco mayor llamado Pinto, del marqués de Caracena. 


Vista panorámica de Valdemoro en 1668, 
dibujo realizado por Pier Maria Baldi durante el viaje.

VALDEMORO. 


Valdemoro es, como se ha dicho, un lugar muy grande. Las casas, sin embargo, son, en gran parte, como en el resto de Castilla: con un armazón de vigas rellena de tierra, hacen aquellos arcos al revés de mampostería, como según se dijo acostumbran en Aragón. Viniendo de Madrid, Valdemoro aparece en el fondo de un valle; pero al salir se presenta noblemente levantado sobre el camino real. Nada más llegar, a las cinco de la tarde, Su Alteza se dio un paseo hasta la iglesia de las Carmelitas, que junto con todo el convento es una muy buena construcción. Desde allí regresó a su casa, y cenó en privado para después ir a descansar. 


Al amanecer, con viento y con amenaza de nieve, después de haber escuchado la misa en Las Carmelitas, se inició este día 26 el camino a Aranjuez, jardín real a siete leguas largas de Madrid. El paisaje desde Valdemoro hasta él es siempre desigual. Los cultivos en cuanto alcanzaba la vista por todos lados, fue semejante a la del día precedente, fuera de que en diversos lugares se ven interrumpidas las viñas por bellísimos olivares.".......... 









Música/Vídeo: Esaias Reusner - Suite en la menor (Brieg, 1668), Carlos Jaime (violín barroco)

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