Valdemoro reivindica la Fuente de la Villa como Bien de Interés Patrimonial

19 de julio de 2022



La Iglesia parroquial Nuestra Señora de la Asunción ha sido el punto de partida de la visita que la consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz, ha realizado hoy a Valdemoro donde fue recibida por el alcalde, Sergio Parra. Tras recorrer el templo junto a la comitiva de la que formaban parte la directora general de Patrimonio Cultural, Elena Hernando, la primera teniente de alcalde, Raquel Cadenas y la concejala de Cultura, Nieves Pérez, se desplazaron a pie hasta la Fuente de la Villa, monumento que está a la espera de que la Comunidad de Madrid lo declare Bien de Interés Patrimonial.


Lourdes Almendros, responsable de Patrimonio, fue la encargada de explicar los tesoros que alberga la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, que es el edificio más importante del conjunto monumental del municipio.

Monumento Histórico Artístico desde 1981 cuenta, además de su magnífica arquitectura de estilo barroco, con un importante patrimonio como el retablo del altar mayor, con obras de Goya y los hermanos Bayeu, de Claudio Coello y los frescos de Antonio van de Pere. En la iglesia también destaca el órgano que data de 1737, incluido en el Inventario de Bienes Muebles del Estado y cuya restauración concluyó en 2006.


Según explicó la archivera municipal, Mª Jesús López Portero, gracias a la riqueza documental que alberga el Archivo Parroquial se ha podido trazar casi con exactitud la genealogía del jesuita Diego de Pantoja (1571-1618), uno de los personajes más carismáticos de la historia valdemoreña.

Ya en la Fuente de la Villa, segundo punto de la visita, el alcalde instó a la consejera a acelerar los trámites para que el monumento y el antiguo Lavadero municipal sean declarados Bien de Interés Patrimonial, solicitud aprobada por unanimidad en el Pleno celebrado el 30 de julio de 2020.


La fuente de tres caños, construida en piedra de Colmenar en 1605, es uno de los emblemas más característicos del municipio. Está coronada por el escudo de armas de la Villa, la representación heráldica más antigua conocida y fue acometida por el Concejo de Valdemoro con motivo de la celebración de la feria comercial del siglo XVII, privilegio concedido en 1603 por el rey Felipe III. Junto a ella se encuentra el Lavadero. Los pilones donde iba a confluir el agua sobrante de la Fuente de la Villa ya eran utilizados a mediados del siglo XIX como lavadero público hasta la llegada del agua corriente a las casas en la década de los 70 del pasado siglo.


En recorrido por los municipios de Pinto, Valdemoro y Ciempozuelos, la consejera ha destacado el valor patrimonial e histórico del Sur de la Comunidad de Madrid que ‘oculta tesoros que se han conservado y debemos preservar e incorporar a la oferta turística- cultural de la Comunidad de Madrid’.



Fuente: larevistadevaldemoro.com

Fernando III y los 42 mojones entre Pinto y Valdemoro



Entre Pinto y Valdemoro apenas discurre un tramo de la autovía A-4 de 7 kilómetros entre unos campos en los que figuradamente se agolpan todos los indecisos, vacilantes o medio borrachos , según la definición de esta frase hecha de la Real Academia Española.

Ni siquiera hay rastro de ningún riachuelo que corrobore el relato más conocido sobre el origen de esta famosa expresión. Según la versión popular, un borracho de Pinto que se encontraba por estos parajes empezó a bailotear y a saltar a uno y otro lado del regato gritando «ahora estoy en Pinto» , «ahora en Valdemoro» hasta que al final tropezó y cayó al río diciendo: «Ahora estoy entre Pinto y Valdemoro».


«No pondría yo la mano en el fuego para testificar la existencia del tumbacuartillos del cuento», subrayaba Jaime Campmany en 1993 en su artículo sobre el « El Quid de unos dichos », donde apuntaba otra de las versiones que relacionan esta expresión con el refrán «Vino tinto, si no lo hay de Valdemoro, démelo Pinto».

Siglos atrás debieron ser los caldos de estas dos localidades habituales en las tabernas madrileñas, explica Gregorio Doval en «Del hecho al dicho» antes de añadir que «hay quien afirma que lo que hubo entre estas dos localidades fue un asilo de dementes, y que la expresión equivalía, originalmente, a "estar loco"»


Lo que sí hubo en la linde entre Pinto y Valdemoro fueron 42 mojones colocados por orden de Fernando III el Santo (1199-1252) para delimitar la línea divisoria de Madrid y Segovia. «Durante largo tiempo la aldea de Pinto es objeto de disputas territoriales entre el obispo de Palencia y las ciudades y tierras de Segovia y Ávila con Madrid; unos contenciosos que dan lugar a las intervenciones de distintos monarcas con los consiguientes deslindes, uno de los cuales tiene que ver, probablemente, con la popular frase de " Entre Pinto y Valdemoro "».

Alfonso VII

Alfonso VII fue el primero en ordenar estos deslindes entre ambas poblaciones en 1184, mandato que sería ratificado posteriormente por el rey Alfonso VIII en un documento de fecha 20 de julio de 1208, estableciendo los límites de los concejos de Segovia y Madrid, confirmado posteriormente por otro documento, de fecha 12 de diciembre de 1208, en el que establece los límites fronterizos entre Madrid, Toledo y Segovia, con el fin de garantizar la comunicación de Segovia a través de la cañada de Alcorcón, que a su vez cruzaba Pinto por lo que hoy se llama calle Real. Pero el problema no se resolvió, ya que Segovia y Madrid seguían la disputa.

Fernando III

Finalmente, el 20 de junio de 1239, el conflicto obliga al rey Fernando III el Santo a intervenir y dictar un Privilegio en San Esteban de Gormaz, cuyo documento original se encuentra en el Archivo General de la Villa de Madrid y que se reproduce en el presente artículo, y asigna Pinto a Madrid y Valdemoro a Segovia y ordena colocar 42 mojones para señalar el deslinde.


«Queriendo departir contienda, é baraja grande que era entre ellos, departíles los términos por estos lugares que esta carta dice, y puse y fice estos mojones: el primer mojón fue este cerca de la atalaya asomantes de geles, el segundo mojon a la renconadilla que está á Palomero...», 

escribe el monarca fijando uno a uno los 42 hitos entre ambas localidades para limitar Madrid y Segovia.


El mismo Fernando III supervisó personalmente la colocación de los mojones que marcaban el deslinde entre ambas provincias, alojándose entre los dos pueblos, en la Casa de Postas situada en aquel lugar y aprovechando, de paso, la degustación de los quesos y vinos que por aquel entonces eran famosos y su deseo de no desairar a ninguno de los dos, que competían por ser sus anfitriones ofreciéndole los mejores caldos y viandas. Por esa razón, cuando alguien preguntaba en la Corte de Madrid dónde estaba el rey, los cortesanos contestaban «Fernando III optó por comer con los representantes de las dos villas "entre Pinto y Valdemoro"», lo que con probabilidad dio origen a la famosa frase

Para Margarita Candón y Elena Bonnet, autoras de «A buen entendedor...», el origen del dicho se remontaría a la convivencia entre musulmanes y cristianos en época de la Reconquista. Señalan éstas que Pinto fue conquistada por los cristianos antes que Valdemoro y que en esta época surgiría la expresión, aunque el arroyuelo al que se refieren como frontera no aparece en los mapas y Pinto fue conquistada en el mismo año 1083 en el que datan la toma de Valdemoro.



Música Renacentista Laúd