Yacimientos Cerro Castillejo y Arroyo de las Espartinas



Cerro Castillejo
(UTM: 4446100 / 448600. 605-II).

Cerro situado muy próximo al casco urbano de Ciempozuelos. A pies del cerro discurre el arroyo de la Cañada. En la falda Sur del cerro, muy próximo al límite de Ciempozuelos y Valdemoro, sin que pueda afirmarse con certeza el lugar exacto, se descubrió en el mes de mayo del año 1894 una necrópolis campaniforme en el transcurso de los trabajos de construcción de la carretera de la Cuesta de la Reina a San Martín de la Vega. El yacimiento quedó destruido con la ejecución de las obras. Los trabajos de excavación se encargaron al señor Vives con el patrocinio de la Real Academia de la Historia. Se detectaron los famosos vasos campaniformes “de Ciempozuelos”. A partir de entonces el yacimiento ha sido utilizado como epónimo y por tanto es cita obligada en todos los estudios adscritos al Horizonte Campaniforme peninsular. La mayor parte de los materiales se encuentran en el Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia: abundancia de cerámica, un punzón y un puñalito de cobre, varias lascas de sílex, restos óseos de animales y varios cráneos humanos. Un segundo lote de restos se conserva en el Museo Arqueológico Nacional y otro más reducido en el Museum für Völkerkunde de Berlín (BLASCO, C. et alié, 1998: pp. 5-74). Actualmente en la falda sur del cerro son visibles pequeños restos cerámicos adscritos en su mayor parte a la edad del Bronce.

Arroyo de las Espartinas
(UTM: 4450600 / 448700. 582-IV).

Situado junto al arroyo de las Espartinas, en su orilla derecha. Junto al límite con el término municipal de San Martín de la Vega y muy próximo a su núcleo urbano. Al Sur del yacimiento transcurre el camino viejo de Valdemoro a San Martín. En una extensa superficie son visibles restos de tejas y materiales cerámicos romanos y medievales. El arroyo de las Espartinas ha erosionado el borde septentrional del yacimiento dejando visibles restos de muros.


La Edad del Hierro

Tiempos de cambio, la evolución del poblamiento en El Colegio y El Caracol. El efecto climático. 


Asociado a un pequeño cambio climático, o incluso como consecuencia de ello, se produce una modificación de la ocupación y de los modos de vida en la transición de la edad del Bronce a la edad del Hierro. En un breve espacio de tiempo se pasó de un clima suave y semiseco a un episodio puntual de enfriamien­to y humedad, lo que debió de influir en la modificación del habitat. Se trasladaron las viviendas a lugares más elevados y menos inundables, como consecuencia de la mayor y creciente humedad ambiental; los habitantes de este periodo de cambios debieron de modificar sus tipos de vivienda, adecuándola a un uso mayor de los espacios interiores, debido a una disminución de la temperatura. Se pasó de pequeñas estructuras circu­lares en torno a un hogar o fuego central, de carácter semiabierto, a otras de mayores dimensiones y cu­biertas, con hogares o fuegos interiores (longhouse). Y sobre todo hubo modificaciones bruscas en el modelo de subsistencia; de una economía aún tendente a la re­colección se debió de pasar a otra eminentemente más productiva, que requería más mano de obra y mayor intensificación de la actividad.

Paralelamente se produce en este periodo el paso de viviendas perecederas, realizadas a base de postes de madera con cubierta vegetal, con formas de tendencia ovalada o circular, como las Longhouse de la primera edad del Hierro en El Colegio, a otras más perennes, don­de se empieza a utilizar un zócalo de piedras sobre el que se alza un muro vegetal y de adobe, en principio circular y ovalado (El Colegio), luego cuadrangular (El Caracol), y finalmente se llega a zócalos cuadrangulares con alzados de tapial y adobe a finales de la segunda edad del Hierro en el Colegio y posiblemente en Ermita de Santiago.




Fuente: Exposición Antes de Vallem Maurii 2019

Música: Edad de Hierro, KARNYX