He tenido la suerte de encontrarme con una bonita publicación, dentro de la cual se hace referencia a muy interesante información sobre Valdemoro.
"El estudiante de las hierbas", se basa en el Diario del botánico Juan Isern Batlló y Carrera, miembro destacado de la expedición científica del pacífico en los años 1862-1866 y martir romántico de la ciencia española. Dicha publicación pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas y redactado por Paloma Blanco Fernándes de Caleya y las hermanas Dolores y Pilar Rodríguez Vaiga Isern. La tarea que se propusieron las autoras del libro no era fácil, los apuntes de Isern conservados en el Real Jardín Botánico eran algo caóticos, lo que hace de esta obra una valiosa recuperación de los trabajos de este famoso botánico.
"El estudiante de las hierbas", se basa en el Diario del botánico Juan Isern Batlló y Carrera, miembro destacado de la expedición científica del pacífico en los años 1862-1866 y martir romántico de la ciencia española. Dicha publicación pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas y redactado por Paloma Blanco Fernándes de Caleya y las hermanas Dolores y Pilar Rodríguez Vaiga Isern. La tarea que se propusieron las autoras del libro no era fácil, los apuntes de Isern conservados en el Real Jardín Botánico eran algo caóticos, lo que hace de esta obra una valiosa recuperación de los trabajos de este famoso botánico.
Joan Isern Batlló nació en Setcases (Ripollès), en una familia campesina de condición humilde. Pero sus extraordinarias dotes intelectuales, que manifestó desde bien pequeño, animaron a sus padres a orientar su futuro hacia la carrera eclesiástica; que, en aquel momento, era la única posibilidad de estudiar que tenían los niños de casa pobre. Estudió en el seminario de Girona, pero a los veintiséis años abandonó la profesión eclesiástica y se matriculó en la facultad de medicina de la Universidad de Barcelona. Para sostenerse económicamente, durante aquellos años, vendía plantas medicinales que previamente había recolectado en las montañas del Pirineo. A los treinta años obtuvo la plaza de recolector del Museo de Ciencias Naturales de Madrid.
Joan Isern descubrió y catalogó más de ocho mil especies de plantas medicinales, que revolucionarían el mundo farmacéutico. No obstante, Isern no vería el resultado de su trabajo porque una enfermedad tropical que había contraído durante el viaje precipitaría su prematura muerte a los cuarenta y cuatro años de edad.
Una vez leáis este artículo, entenderéis porqué he creído más correcto el ubicar su entrada dentro del apartado "Personajes" del Índice de este blog, en lugar de en "Bibliografía, textos y referencias", como inicialmente tenía previsto.
Diario del botánico
pag.18
En 2002, y gracias al Jefe de Tráfico de Girona, Enrique Errea, y a su mujer Carmen Laura, «la Chata», llegamos a Girona en «temps de flors» y subimos al Pirineo, Setcases y Vall de Ter, pasando por Vic, donde gracias a nuestras entrañables amigas Carme Tíó y Margaret Mariadas Chettiar encontramos el Archivo Episcopal que nos abrió sus puertas y nos dieron toda clase de facilidades para localizar los datos de la familia Isern que ya Miquel Perals nos había avanzado. También M.ª Jesús López Portero, archivera municipal del Ayuntamiento de Valdemoro, nos facilitó los datos sobre la partida de bautismo de la mujer de Juan Isern así como su partida matrimonial, que se encontraban en el Archivo Parroquial de Valdemoro.
pag.42
Conozco a mi esposa en Valdemoro
En el año 1855 me encontraba recolectando plantas en Valdemoro, localidad madrileña situada a veintiséis kilómetros de la capital, y entre las variadas especies que encontré había una que ni yo ni Vicente Cutanda lográbamos identificar. Me acorde entonces de Agustín Yáñez, que desde que le conocí en Barcelona me había demostrado una casi paternal amistad, y decidimos ponerle su nombre al nuevo descubrimiento, la Reseda yannezii. Fue casi como un homenaje a su bondad con todos los estudiantes que le conocimos. Cuando falleció, algunos amigos pidieron semillas de dicha planta para colocarlas alrededor de su tumba.
Mi estancia en Valdemoro se alargó más de lo previsto y no precisamente por los trabajos como colector. Hasta allí se había extendido durante el verano una epidemia de cólera por el mal estado del alcantarillado y de los pozos negros y, sin pensarlo, me presenté ante el alcalde para decirle que quería ayudar como médico. Tuve que trabajar con ahínco, casi sin dormir ni comer durante los meses que duró la epidemia que se llevó a 152 personas. Este trabajo me llevó a enfermar. Una familia de sencillos labradores de Valdemoro tuvo a bien abrir sus puertas para que se repusiera aquel médico que había acudido desinteresadamente en ayuda de las gentes de ese pueblo. Así conocí a Tomasa del Olmo y Soto, nacida el 29 de diciembre de 1834, hija de Manuel del Olmo, natural de Valdemoro, y de Mariana Soto y Mateo, natural de Borox, provincia de Toledo.
En el año 1855 me encontraba recolectando plantas en Valdemoro, localidad madrileña situada a veintiséis kilómetros de la capital, y entre las variadas especies que encontré había una que ni yo ni Vicente Cutanda lográbamos identificar. Me acorde entonces de Agustín Yáñez, que desde que le conocí en Barcelona me había demostrado una casi paternal amistad, y decidimos ponerle su nombre al nuevo descubrimiento, la Reseda yannezii. Fue casi como un homenaje a su bondad con todos los estudiantes que le conocimos. Cuando falleció, algunos amigos pidieron semillas de dicha planta para colocarlas alrededor de su tumba.
Mi estancia en Valdemoro se alargó más de lo previsto y no precisamente por los trabajos como colector. Hasta allí se había extendido durante el verano una epidemia de cólera por el mal estado del alcantarillado y de los pozos negros y, sin pensarlo, me presenté ante el alcalde para decirle que quería ayudar como médico. Tuve que trabajar con ahínco, casi sin dormir ni comer durante los meses que duró la epidemia que se llevó a 152 personas. Este trabajo me llevó a enfermar. Una familia de sencillos labradores de Valdemoro tuvo a bien abrir sus puertas para que se repusiera aquel médico que había acudido desinteresadamente en ayuda de las gentes de ese pueblo. Así conocí a Tomasa del Olmo y Soto, nacida el 29 de diciembre de 1834, hija de Manuel del Olmo, natural de Valdemoro, y de Mariana Soto y Mateo, natural de Borox, provincia de Toledo.
"En la Yglesia Parroquial de esta Villa de Valdemoro, en primero de Enero de mil ochocientos treinta y cinco, Yo Dn. Manuel Fontelo, teniente cura de ella, bauticé solemnemente a una niña que nació en veinte y nueve de diciembre último, hija legitima de Manuel del Olmo, natural de esta villa y de Mariana Soto, que lo es de Borox y vecinos de esta: a la cual puse por nombre Tomasa; su padrino que la tuvo in sacro fonte, Remigio del Olmo, a quien advertí del parentesco espiritual y demás obligaciones. Abuelos paternos, d. Remigio y Andrea Dávila; naturales de esta villa y maternos Francisco Soto y Antonia Mato, naturales de Borox y lo firmé."
Manuel Ignacio Fontelo.
Libro 21º de bautismos, 1833-1845. Archivo Parroquia de Valdemoro, sig. 111-21, f. 17.
pag.44
El 15 de octubre solicité oficialmente la matrícula para el primer año de Ciencias Naturales que se cursaba en la Facultad de Filosofía de la Universidad Central y, a los dos días, el 17 de octubre de 1856, cuando los colores otoñales vestían el campo, me casé con Tomasa celebrando el matrimonio en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de la Villa de Valdemoro y nos trasladamos a vivir a la calle Hortaleza, 54-56, cuarto Sotabanco, de Madrid.
Partida matrimonial de Juan Isern Batlló con Tomasa del Olmo Soto
"D. Juan Jaime Ysern y Batlló con DJ Tomasa del Olmo (casados y velados)
En la Yglesia Parroquial de Ntra. Sra. De la Asunción de la Villa de Valdemoro, Provª de Madrid, Arzobispado de Toledo a diez y siete de octubre de mil ochocientos cincuenta y seis: Yo, D. Yldefonso García, Pbro Teniente cura de ella, desposé y velé in famili ecclesia, por palabras de presente, que hacen verdadero y legítimo matrimonio a D. Juan Jaime Yserny Batlló, soltero, natural de Setcases, Diócesis de Gerona, residente en Madrid, hijo legítimo de D. Ygnacio y Dª. Francisca Carren, difuntos, con Dª Tomasa del Olmo, soltera, natural y residente en esta, hija legítima de Manuel y Mariana Soto, habiendo precedido todos los requisitos necesarios para la validez y legitimidad de este contrato Sacramental. Fueron testigos D. Mariano Bravo y Andrés Hernández, dependientes de esta parroquia y para que conste extendí y autoricé la presente en el libro de matrimonios de la misma fha ut supra."
Libro 13° de matrimonios, 1852-1880, Archivo Parroquial de Valdemoro, sig. 111-37, f. 19 v.
El año anterior mi familia había aumentado. A las diez y media de la mañana del 27 de marzo de 1860 vino al mundo nuestro segundo hijo, Enrique Ruperto Emilio, que fue bautizado a los dos días por el teniente cura D. Román Guerrero, en la iglesia parroquial de San Luis (Madrid), siendo sus padrinos D. Enrique y Da Emilia de Graells Alcalde, hijos de Mariano de la Paz Graells y de su primera esposa Dª Juana Alcalde y muy amigos míos. Al poco nos mudamos a otra casa mayor en la calle Alcalá, 40, donde ahora me encuentro soñando despierto, pues debe ser verdad que cuando a una persona le queda poco para dejar este mundo se le pasa por la mente rápidamente toda su vida. ¡Cuántas veces he añorado en América a Tomasa, a los niños y a esta casa!
Tuvimos un tercer hijo, otro varón, que nació y murió estando yo en América. Cuando supe esta trágica noticia se me partió el corazón por estar a tantos kilómetros de mi esposa, pues antes de partir la había tranquilizado diciéndole que nuestro tercer hijo nacería con buena estrella, ya que yo rezaría por ellos desde el otro lado del mundo. ¡Qué poco he podido disfrutar de mi familia! Si mis días están por terminar, confío en que no les faltará de nada con las ayudas que he pedido para ellos a mis colegas y amigos.
pag.263
Tuvimos un tercer hijo, otro varón, que nació y murió estando yo en América. Cuando supe esta trágica noticia se me partió el corazón por estar a tantos kilómetros de mi esposa, pues antes de partir la había tranquilizado diciéndole que nuestro tercer hijo nacería con buena estrella, ya que yo rezaría por ellos desde el otro lado del mundo. ¡Qué poco he podido disfrutar de mi familia! Si mis días están por terminar, confío en que no les faltará de nada con las ayudas que he pedido para ellos a mis colegas y amigos.
pag.263
Vicente Cutanda
Profesor de Fitografía de la Universidad Central y vocal de la comisión del mapa geológico, en su «Flora compendiada de Madrid y su provincia o descripción sucinta de las plantas vasculares que espontáneamente crecen en este territorio», entre las plantas que ha herbolizado, en el prólogo menciona sobre la Reseda yannezii diciendo:
Profesor de Fitografía de la Universidad Central y vocal de la comisión del mapa geológico, en su «Flora compendiada de Madrid y su provincia o descripción sucinta de las plantas vasculares que espontáneamente crecen en este territorio», entre las plantas que ha herbolizado, en el prólogo menciona sobre la Reseda yannezii diciendo:
«He visto un sólo un ejemplar incompleto, hallado por D. Juan Isern en Valdemoro, y no encuentro especie alguna a que referirle, aunque afine según creo sobre todo a la Reseda lútea. A petición del inventor, la dedico al benemérito profesor don Agustín Yañez. por tantos títulos digno de curable memoria».
Una buena parte de las plantas que recolectaron juntos Cutanda e Isern fueron luego descritas por Willkomm.
Música: "Capricho árabe" - Andrés Segovia
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