Cerro del Telégrafo


El telégrafo óptico tuvo un desarrollo tardío en España, de forma que se instaló a mediados del siglo XIX. Las turbulencias, el estado de guerra civil casi permanente y el bandolerismo endémico llevaron a que las estaciones repetidoras estuviesen fortificadas, siendo en realidad pequeños fortines. La de Valdemoro es la estación nº 3 de la línea Madrid-Cádiz, que funcionó entre 1848 y 1857. Los restos están bastante perdidos, y el cerro presenta una densa fortificación de la guerra civil, que puede haber contribuido a su deterioro.

Torre de Telegrafía Óptica de Valdemoro 

Aunque restan un montón de escombros del derrumbe de la obra, se conoce su original planta cuadrada y alzado iguales a las otras construidas.


El principal impulsor de la telegrafía óptica en España fue José María Mathé Aragua. Nacido en San Sebastián en 1800, ingresó en el Cuerpo de Ingenieros de la Armada, y aunque sirvió como oficial de Marina, en 1844 era Brigadier de Caballería y Coronel de Estado Mayor. Ese año, Mathé decidió presentarse al concurso que establecía la creación del servicio telegráfico, con un sistema que superaba en mucho al de sus competidores en rapidez y visibilidad.



En realidad el nombre propio de este enclave era CERRO DE LA CABEZA DEL ARENAL, (emplazamiento concreto: Cerro Testigo), pero terminó conociéndose como del Telégrafo, por haberse usado para este menester desde que se empezó a aplicar la telegrafía digital en España, mucho antes de que se inventara el telégrafo eléctrico.

Latitud: 40º 12' 48" n
Longitud: 3º 39' 05" w
Altitud: 678 m

Este cerro también fue protagonista durante la guerra civil española, ya que formó parte de la línea defensiva durante la Batalla del Jarama, y estuvo atrincherado, de lo que todavía se conservan algunos restos. Actualmente solo hay construido sobre el cerro un vértice geodésico.

Vértice geodésico del Cerro del Telégrafo

Como todos sabemos, el telégrafo es un aparato para escribir a grandes distancias. Y básicamente el telégrafo digital u óptico era un utensilio diseñado para ser visto a gran distancia. Colocando torres en las cotas más altas de los cerros, podía conseguirse que cada torre repitiese el mensaje de la anterior, propagándose visualmente y recorriendo grandes distancias en un tiempo muy inferior al requerido por un mensajero a caballo.

Agustín de Betancourt y Molina

En España, Agustín de Betancourt y Molina obtiene de Carlos IV una Real Orden (RO de 17-2-1799) por la cual se aprueba el proyecto de instalación de la telegrafía óptica en España. La primera línea proyectada era Madrid-Cádiz, con unas 60 ó 70 estaciones, dotada con un millón y medio de reales y dirigida por el propio Betancourt. No obstante, de toda esta línea en principio sólo se construyó el tramo Madrid-Aranjuez, el cual comienza a ser operativo a partir de agosto de 1800.

Posteriormente se fueron construyendo nuevas torres, hasta llegar a Cádiz en 1851. Aunque su vida fue muy corta, ya que fueron sustituidos progresivamente por los postes de los telégrafos eléctricos, hasta que en agosto de 1868 se dispuso la enajenación total de los mismos.

Las torres que al principio operaban eran:

1ª.- Convento de la Trinidad Calzada en Madrid.
2ª.- Ermita del Cerro de los Ángeles.
3ª.- Cerro de la Cabeza del Arenal en Valdemoro.
4ª.- Alto de la cuesta de la Reina en Seseña.
5ª.- Cerro de Valdelascasas en Aranjuez.







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