Son ya cinco generaciones las que se han dedicado a amasar en la Panadería González de Valdemoro. Se inauguró en 1852 y ahora son los tataranietos del fundador quienes continúan con el negocio familiar, el más antiguo del municipio. Esperanza González cuenta que el secreto de su éxito, y del buen pan, es contar con “ingredientes de calidad” y hornearlo “sin prisa”.
Precisamente la Panadería González es uno de los negocios protagonistas del nuevo distintivo de calidad que impulsó recientemente en Ayuntamiento de Valdemoro en reconocimiento a los comercios más tradicionales. Son cuarenta en total, pero ninguno tan antiguo como este panadería. La pastelería ‘La Manolita’ se le acerca, fundada en 1891, y hay otros ocho locales con más de medio siglo de vida.
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