La Almazara de Valdemoro
Antiguamente seguro que contaba con un molino, puesto que lo citan varias fuentes históricas, el cual dataría de 1919. Este molino partía de una larga tradición oleícola en valdemoro, por lo visto esta documentada desde recién iniciado el siglo XVII, pues desde 1919 hasta prácticamente hace unos 7 años, se han dedicado a la fabricación y envasado de aceites aprovechando la producción aceitunera de Valdemoro. Su fundador, se dice que fue Tomas Espuny y su hijo Pablo, después tomaría las riendas de la almazara la familia Guillen, propietaria de Aceites del sur, actual Coosur, y faricantes de la famosa oliva La Española. También se comenta que en la mansión que supuestamente estaba antes que el molino, pudo estar ocupada por un ilustre político y escritor malagueño de ideas especialmente conservadoras y muerto asesinado a tiros a mano de un anarquista en Mondragón en 1897, ese ilustre vecino de Valdemoro fue Antonio Canovas del Castillo, del que se sabe donde residió en la localidad, pero nada se dice si logró vivir en esta lujosa mansión. Mucho antes de lo de Canovas, también se comenta, de que el Marques de Gaviria, gran terrateniente aceitunero de Valdemoro, con 16.280 pies de olivos en su propiedad, se planteó hacerse en la zona una casita más, junto con las 4 casas con fincas unidas que tenía bien cerca de la plaza mayor de Valdemoro, debía ser que con el palacio de la calle arenal no le bastaba. Pablo Espuny Gómez, un zaragozano de Gallur, donde su familia tenía una fábrica de aceite, se decide a establecerse en Valdemoro a comienzos del siglo pasado, en realidad, el dueño de la almazara era el padre de Pablo, Tomas Espuny. En esta almazara, por aquellos entonces solo se molía oliva ajena, puesto que ellos no tenían olivares propios. En la década de los 30, la fábrica permanecía cerrada varios meses al año, entre mayo y octubre, mes en el que llegaban a valdemoro los técnicos para poner a punto las prensas de cara al inicio de la cosecha en noviembre. Finalizado el proceso de fabricación, en primavera la almazara echaba el cerrojo hasta la temporada siguiente. Tenía 9 empleados. Luego pasa el tiempo sin mucha pena ni gloria, y ya en 1978, el paso del tiempo y tanto trabajo acumulado durante años, hacen mella en la estructura del edificio que se le describe como una construcción peligrosa, pero en esa época, Espuny ya se había cansado de la fábrica hacía tiempo, en 1961 se la vende a un tal Antonio Diaz Cruz, quien después de 2 años, en 1963, se la vende a Oleograsa. Tres años después en 1966 ya figuran como titulares la familia Guillen, propietaria de aceites del sur, que la explota hasta su cierre en 2004.
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